jueves, 27 de diciembre de 2012

LA PALABRA



A Usted que ama la palabra, 
que se deja envolver 
y seducir por ellas, 
entabla una suerte 
de juego de seducción,
en el que las penetra, 
vertiendo en ellas su semilla,
con la esperanza de reivindicarse, 
perpetuarse en ellas.

Pero Usted no es hombre
de una sóla palabra,
tal y como queda prendado
de una, que se le antoja
pueril, grácil, etérea...
pierde el sentido por otra,
que se le aparece como 
descarada, fresca, arriesgada...
¡Oh, Cómo es Usted!

Si un día decidiera casarse,
seguro lo haría con una rima,
mas debería cumplir dos requisitos,
sí, tan sólo dos,
ser cadenciosa, a la vez que evocadora.
Pero no nos engañemos,
le sería infiel, 
al desliz de un instante,
de un golpe de voz.

                        Abril en el final de un periodo





jueves, 20 de diciembre de 2012

HABLA LA MAR


Nos equivocamos,
nos equivocaron, 
quisieron llamarle Tierra
y no somos más que agua,
y aire, y tierra. 

PROSOPOPEYA
 
La mar, primero en calma,
toma cuerpo y asemeja
mujer, alza las olas y dice:

"Quisiera devenir en ola,
arrastrarte mar adentro,
envolver y mecer tu cuerpo,
con la marea interna,
en mi seno marino.

Arrullar tu sueño,
acariciar tu piel,
sentir tu tacto humano,
llevarte en volandas
sobre mi cuerpo.

Arribar a puerto,
y despertar...
despertar de un sueño.

Abandonado allí, a mi vera,
levanto la vista,
te veo observar el horizonte,
pensativo, indolente,
das media vuelta y regresas,
a tu lugar, tierra adentro.

                           Abril

miércoles, 5 de diciembre de 2012

LA MENTIRA



Entonces,
yo soy una mentira.
Una señal,
de vida.
          
                Abril´2012
                  

martes, 27 de noviembre de 2012

LA VIDA




La vida...
esa mentira
que nos acosa
cada día.

           Abril

viernes, 23 de noviembre de 2012

LA MONTAÑA



   Ella ha sido mi protectora y más. Estuvo preñada de mi, y me expulsó de su vientre en un momento de agitación interna. Después reposé en su regazo durante tiempo inmemorial, es difícil medir el paso del tiempo cuando se es piedra. Sólo recuerdo que algunos fenómenos externos a nosotras me iban alejando poco a poco de ella, de su vientre maternal, de su protección. Resbalaba por su ladera milímetro a milímetro hasta caer por un precipicio al lecho de un barranco.
   Ese periodo lo recuerdo como de inmensa soledad, unida a mi madre únicamente por el tacto pétreo de aquel lugar, separada por una distancia insalvable de su calor. Parece ser que la incesante lluvia otoñal provocó la crecida de las aguas, una avalancha de ese líquido elemento me arrancó de aquel lugar y en volandas me llevaba hacía la inmensidad de la mar.
   El peso de mi ser pétreo no permitió un viaje más largo y fui abandonada en su orilla, en una apartada playa, donde me desarrollé como niña, con corazón de piedra, ojos de mar y ondas en el pelo. Miraba desolada al horizonte intentando avistar cualquier promontorio al que aferrar mi imaginación y regresar a través de los sueños con ella, la montaña, mi madre. No lo conseguí por aire, así que pensé en excavar en la arena un túnel tan largo como la distancia que debía de haber entre las dos.Tenía el paso del tiempo a mi favor
   El trabajo fue en vano, los días se hacían noche y las noches días. Desterré de mi esa idea justo cuando asomé la cabeza en un amplio valle  desde el que se divisaba una hilera de montañas. Ninguna de ellas era mi madre, pero ya desorientada y sin fuerzas consideré descansar allí. 
   Han pasado infinidad de estaciones, doradas, blancas, verdes y anaranjadas, quedé en este lugar rodeada de montañas y con la esperanza de algún día volver a la que me vio  nacer. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, tengo la sensación de irme adentrando en la tierra que piso. Es extraño, me pesan los pies cuando intento caminar, mi piel se cubre de escamas rojizas y mis brazos semejan ramas. No respiro de la misma manera ni tampoco necesito alimentarme, apenas duermo, y los días se han convertido en estaciones. 
   Ya no camino. Un ave que suele venir a visitarme todos los otoños me ha dicho que un ser que se me parece, un hijo debe ser, con igual latido de savia que el mío, y que habita en una montaña de un valle contiguo, va diciendo que la montaña le ha contado que una vez hace mucho tiempo, de ella nació una piedra que se convirtió en niña, que ésta se transformó en árbol y dice que es tu madre.
   Ahora estamos más cerca.
  
                                                       "El sueño de la montaña"

lunes, 12 de noviembre de 2012

ANOTACIONES


"...la realidad es torticera y malcriada, manipula a su alrededor para que nos fijemos en ella...".

martes, 30 de octubre de 2012

PASEANDO EN LA NOCHE DE DIFUNTOS


    

Paseaba por el bosque, arropada por los árboles, sus hojas, la fragancia de la tierra húmeda, arrullada por el susurro del viento infiltrado , espía del momento, correveydile de los acontecimientos de su tiempo. Cuando la vi, no pude por menos que echar a volar mi imaginación... la imaginé doncella frágil atormentada por las dudas, no sabía si estar o ser, si ser pez o mariposa, sincera o mentirosa, paciente o circulante. Se arrimó al vacio, tentó su profundidad con la punta de sus dedos, extremadamente vacio... ¡es lo que necesito! En un alarde de valentía echó sus brazos atrás en señal de querer intentar el vuelo, y cuando su cuerpo quiso acompañarle, encontró que sus pies estaban fijos en el suelo. Contrariedad, enojo, cólera. ¡Este no es mi sitio, debo marchar! Pero lejos de escuchar, las raíces siguieron su camino hacia la profundidad. La joven, en vano, intentó desembarazar sus pies, sus tobillos y algo más. Pensó incluso, en cercenarlos, eliminar lo que inutilizaba su cuerpo, lo que le impedía levantar el vuelo. Miró en derredor suyo, mas nada encontró que pudiera aliviarla de tal carga... ¡no los necesito... no los necesito! terminó sollozando. Las horas pasaban en vano para ella, la tierra estaba firmemente decidida a hacerla suya. Cubrió su translúcida piel de un manto de gruesas escamas, y en señal de respeto, dejó sus brazos dispuestos a levantar el vuelo... claro, cuándo las circunstancias cambiasen.

                                Anónimo (o antónimo) comarcal