martes, 28 de mayo de 2013
lunes, 13 de mayo de 2013
LA EÑELIADA
"La marea abandona,
como cantos rodados,
las palabras en la orilla..."
“Sireneidas recolectoras,
las recogen una a una,
en un cesto de mimbre,
y les dan significado.
como cantos rodados,
las palabras en la orilla..."
“Sireneidas recolectoras,
las recogen una a una,
en un cesto de mimbre,
y les dan significado.
Otras, las orineidas,
recolectan madejas de algas,
enredadas en ellas,
yacen sueños rotos.
recolectan madejas de algas,
enredadas en ellas,
yacen sueños rotos.
Quizás con mayor fortuna,
las eolineidas surcan los vientos,
portan anchos canastos,
donde capturan palabras perdidas.
las eolineidas surcan los vientos,
portan anchos canastos,
donde capturan palabras perdidas.
“Los imagineidos, gigantes estáticos
que
con su único ojo, cual faro,
atraen imágenes
a la deriva,
las que nadie reclama como suyas...”
Esa es la costa de la que procedo, esa es la
costa madre de todas las playas, bahías, cabos y golfos de este planeta
acuoso... Tierra adentro lo desconozco todo, nací y crecí entre estos seres
mítico – místicos, pero debe existir algo más... la razón de nuestra
existencia...
Hoy, año 3579 de nuestra era, marcho por
tierra, siguiendo las estrellas, en busca de respuestas. En verdad, preparada
como estoy, debería ocupar un puesto entre los míos, un lugar en alguna playa
de este vasto mundo... pero no, no lo haré. Nadie conoce mis planes,
desapareceré entre las brumas de la madrugada, tan sólo las huellas de mis
pasos indicaran mi camino, pero ya será tarde porque nadie me seguirá, ninguno
entre los míos romperá la ley... Desde este momento soy un ser proscrito.
De ellos, los humanos, la razón de nuestro
existir, lo conozco todo... ¿todo?... ¡No!, en realidad lo desconozco casi
todo, sólo sabemos de ellos lo que desechan, palabras perdidas, sueños rotos,
imágenes a la deriva... ¿Por qué no intentan recuperarlos?, ¿Por qué se dan por
vencidos?... desde que tenemos memoria ninguno de ellos ha venido en su busca,
¡es tan extraño! Nunca imaginé que tomaría esta decisión, abandonar a mi gente
en busca de un... ¡no puedo pronunciar su nombre!...¡SÏ! debo hacerlo, poner
palabras a lo que vi...¡Sí, abandono mi pueblo en busca de un SUEÑO!... y no
pertenezco a la casta de las orineidas, no, pero vino a mí, no era mi intención
mirar pero lo hice, penetro en mi interior...no puedo desprenderme de él, ni
quiero, ahora forma parte de mí. Lo que vi en ese sueño, me perturbó
profundamente, era un sueño en que se representaba mi mundo, alguien del otro
lado soñó con mis hermanas, el ritual diario de recorrer la orilla del mar en
busca de lo perdido, abandonado, desechado...
En la orilla del mar, una sireneida levanta
la vista y dirige la mirada hacia el interior del continente. Una eolineida se
le acerca, detiene su vuelo y descansa en tierra, le pregunta:
-“¿Ha marchado
ya?.”
- “Si, es
valiente... lo conseguirá...”.
- “Eso debemos
esperar, es nuestra última esperanza...”
- “Vuelve a
tu tarea... no levantemos sospechas...”
jueves, 2 de mayo de 2013
LUCÍA
Lucía el sol,
sin
artificios.
Lucía, a medianoche,
sin
conjeturas.
Lucía a rayas, un vestido
de corte
informal.
Lucía zapatos de tacón fino,
estilizaba su figura,
estilo
vintage.
Lucía, top model,
lucía top de encaje,
ajustado de
curvas.
Lucía modelo “prett a porter”,
firma de
alta costura.
Lucía, retazos de niñez,
lucía lentejuelas
en su
puntual tocado.
Lucía carmín del barato.
Contradicción.
Lucía, adora la luna,
compañera
hasta el amanecer.
Lucía, rota,
nota ardor
en la mejilla.
Lucía, ante la inmensa avenida,
lucía corte fino,
andar de
modelo.
Lucía, el sol repara en ella,
oculta su rostro,
a la sombra
del farol.
Lucía luce,
desnuda en su cama,
sin
artificios.
Lucía, detenida,
parada, estática,
a vueltas con la vida.
Lucía, devuelta a su mundo,
del que desea escapar,
en su sueño.
Lucía de niña,
lucía de madre,
lucía, de vieja,
en un gabán enfundada,
una cicatriz negra en el alma.
Abril´2013
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