En un mundo mágico,
de seres fantásticos,
donde la melancolía,
o la duda metódica,
no tienen cabida...
Erase que se era,
dos almas gemelas,
inmersas en sí mismas,
agitadas por el viento.
Acordes sublimes,
empeñados en recordarles,
lo efímero de la vida conocida,
daban sentido a sus pasos.
Asomados a sus almas,
sabedores del final,
sabedores del final,
en un mundo mágico,
solos, tú y yo.
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